Te quiero así,
cambiante y loca;
diciendo lo que
sientes,
diciendo que lo
sientes,
sintiendo que lo has
dicho,
para después
-borrado el tiempo-
mirarme nuevamente
sin recordar lo
sucedido.
Cambiante sí,
y un poco loca,
como única forma de
romper
la rutina de tu vida,
pero aguantando así
el duro trabajo de los
días;
pero te quiero al fin,
porque sospecho que
eres
la única razón
de mi existir.
(Poesía: Vicente Fisac)
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