Dice el mono: “No hay duda que yo presumiría mucho más si
pudiera contar con una esbelta cabeza como la del ciervo. ¡Cómo me gustaría
hacerle la competencia en la selva...!”.
Sin embargo, no tarda en darse cuenta de la realidad:
“¡Desvergonzada manera de utilizar las astas del pobre ciervo! Toda su
arrogancia convertida en vulgar colgador de sombreros y paraguas”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario