Dice la lagartija: “Ser lagartija es ser uno de los
animalillos más insignificantes de la creación. ¡Quién pudiera ser cocodrilo! Un
cocodrilo se sabe hacer respetar, nada y duerme a sus anchas y, si le viene en
gana, se zampa a un explorador”.
Pero no todo es tan bonito como parece y así lo comprende la
lagartija: “¡Vaya con el importante, presuntuoso y fiero cocodrilo! ¡Qué humillación
la suya! Después de tanto presumir, lo han transformado en maleta y su vientre
atesora calzoncillos, guantes, zapatos y tubos de pasta dentífrica. ¿No será
mejor, en definitiva, seguir haciendo de lagartija?”.
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