Ya van dos muertos en Madrid como consecuencia de caídas de
árboles o grandes ramas de los mismos sobre inocentes viandantes, todo ello
como consecuencia de los recortes en personal de mantenimiento de las zonas
verdes. ¿Cuál ha sido la respuesta que ha dado la alcaldesa de Madrid? De
inmediato ha mandado constituir un “Comité de sabios” para estudiar el problema.
En primer lugar, me gustaría saber quiénes son esos “sabios” y dudo mucho que
entre ellos haya algún botánico, algún biólogo, algún geólogo. Más bien me
inclino por creer que los integrantes son personas de su confianza, es decir,
amiguetes, los cuales se llevarán un buen dinero (dinero público, es decir,
nuestro) por reunirse para al final emitir un informe que se archivará con todo
cariño. Como suele pasar en estos casos, los elegidos sí que son expertos, pero
en chupar del bote.
En las empresas pasa lo mismo: cada vez que surge un
problema se crea un “Comité” cuyos miembros se encargarán de reunirse
periódicamente y hablar y hablar para, finalmente, emitir un informe que se
presentará en otra reunión y se archivará; y a continuación serán llamados a
participar en nuevos “Comités”.
Tan estúpidos e ineficaces son unos como otros; la diferencia
estriba en que los primeros, los de los organismos públicos, se pagan con
nuestro dinero, mientras que los segundo se pagan con el dinero de los
accionistas.
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