Estaba navegando en Internet cuando leí una
noticia; decía así: “Inauguran en el barrio de Hortaleza una escultura en honor
de Luis Aragonés”. Pensé: “!Qué bien!” porque el entrenador que fue capaz de
dotar de un estilo de juego propio a la selección española de fútbol (algo que
nadie antes jamás había conseguido) y hacerla Campeona de Europa, bien merecía
que lo recordasen las generaciones venideras. Pero mi gozo se fue a pique
cuando vi la foto que acompañaba la noticia (y que aquí adjunto).
En vez de una escultura de Luis Aragonés, la
escultura es de un balón, aunque una placa debajo indica que está dedicado
dicho “monumento” a nuestro insigne y recordado seleccionador. ¿Es que no
tenían dinero suficiente para encargar una escultura de una figura humana y
tuvieron que contentarse con la de un balón que es mucho más fácil de hacer y
más barato? Lo que resulta evidente es que el Ayuntamiento de Madrid ha hecho
una vez más el ridículo, y por si esto fuera poco, la Alcaldesa (ya por
poco tiempo, Gracias a Dios) hizo un poco más el ridículo, y si no fijaos en
sus pies. ¿Es que no le gustaban sus zapatos y por eso quería taparlos con sus
pantalones? ¿O es que los pantalones eran así de largos y ella no sabe coser
para hacerles un dobladillo?
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