Hoy nos sentimos olímpicos y
vamos a repasar algunas palabras típicas de Daimiel relacionadas con el
deporte. Por eso para empezar vamos a pegar un “espolillo”. ¿Qué es eso?
Pues hacer un sprint, hacer una carrera rápida. Ahora bien, esa carrera puede
ser de muchas modalidades según el tipo de terreno por el que se vaya
corriendo; así unos hablan de ir a “tronchacarrizo”, otros a “cruzosurco”,
otros a “tronchalomos” y otros a “tronchamatas”, con lo cual se
expresa perfectamente la clase de terreno que estemos atravesando. Eso sí, no
hay que confundir estos términos con el de “tronchamozas”, que eso es
algo muy diferente y se refiere a aquellos mozos que se llevan a la era a toa
la que pillan.
En las olimpiadas podemos ver una
gran agilidad de atletas y cómo estos hacen “voltijetas”, es decir,
volteretas, y dan numerosos “blincos”, o sea, brincos. No podemos
olvidarnos tampoco de disciplinas artísticas como el ciclismo, ya que la “becicleta”
siempre ha sido un medio de transporte ampliamente utilizado por los
daimieleños.
Hay sin embargo otros deportes
que, aunque no sean olímpicos, han dado fama internacional a una determinada
región. Así, por ejemplo, las carreras de caballos trotones de Menorca son
mundialmente famosas, y es una pena que habiendo existido en Daimiel tantos
carruajes típicos (tílburis, carros, galeras, tartanas...)
no nos hayamos decantado por hacer deporte con ellos.
No obstante, si hablamos de
deporte nacional en Daimiel, no nos referiremos al “fúrgol” sino a otro
realmente autóctono, la “Tángana”, que requiere fuerza y destreza,
aunque aún no haya calado entre los jóvenes. Este juego, que ha
recibido diversos nombres a lo largo de la historia y de la geografía, tales
como “chito”, “tanga”, “tuta”, etc., ha sido adaptado por cada región a su
idiosincrasia y de ahí que algunos consideren la “Tángana” de Daimiel como su
deporte autóctono. No en vano, al ser un juego popular y no reglado más que por
la tradición, se practica de forma peculiar en cada comarca, pudiendo encontrarse
diferencias incluso entre localidades vecinas, y de hecho sus Reglamentos
varían de unas zonas a otras.
Pero hay otros deportes
practicados por la juventud, tales como la “pídola”, juego que consiste
en saltar por encima de otro niño que se ha agachado, poniendo las manos en su
espalda para tomar impulso; o el “guá”, mediante el cual hay que
introducir una canica en un hoyo –llamado “perrondilla”- practicado en
el suelo, y cuando se consigue se canta con satisfacción “he hecho guá” que
sería tanto como decir “he acertado” ó “acabo de anotar tanto”. Y cuando un
jugador tiene una canica favorita porque le da buena suerte o gana con ella, la
llama “chilín”.
En fin, mejor será
dedicarse a estas actividades deportivas antes que enzarzarse en peleas con las
que solo se conseguirá traer las rodillas “sollejás” (es decir,
desolladas) o alguna “escalabraura” en la cabeza y luego por mucho que
intentes “tusarte” el pelo (es decir, peinarte y colocarte bien el pelo)
se te va a notar la “macoca” (zona sin pelo en la cabeza como
consecuencia de una herida anterior). Que no tengamos que oir nunca el ninonino,
o sea, la sirena de la ambulancia.
El “Diccionario Daimieleño–Español”, de Vicente Fisac,
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