El ser humano está lleno de imperfecciones; así es como lo
ha hechos Dios precisamente para que a través de la vida (según unos) o de las
sucesivas vidas (según otros) se vaya perfeccionando.
Decía el Papa Francisco que “Dios no se cansa de perdonar,
somos nosotros quienes nos cansamos de pedir perdón” y esas palabras trajeron a
mi memoria una poesía que escribí hace ya muchos años y que, leyéndola ahora de
nuevo, me doy cuenta de la estrecha relación que existe entre la poesía y la
oración, y cómo a través de la poesía se puede, por tanto, alcanzar una y otra
vez el perdón.
Aquí la tenéis. No encuentro otra forma mejor de decirle
adiós a esta Semana Santa:
A MI CONSCIENCIA CÓSMICA
Eres mi guardián, mi compañero
y mi amigo.
“Musa” te llamé años atrás
y “Ángel de la Guarda”
te bautizaron ellos.
He hablado contigo,
confiado mis secretos,
recibido tus consejos
...mas no siempre obedecido.
A veces te olvidé un tiempo,
dejando mi alma –dormida-
llenarse de negativo.
He sido, como en todo,
un ser de ráfagas, de vaivenes,
de “venas” que decía;
tomando interés por todo
y sin permanecer en ello
más allá de un breve inicio.
Jamás he sido constante,
sólo –y acaso-
en volver una y otra vez
a reconocer mi deseo de mejora,
mi deseo de ser –otra vez-
tu amigo.
Esta es una de ellas,
lo reconozco, lo digo,
y no me avergüenzo,
lo digo,
porque es mejor el perdón
-aunque sea repetido-
que la pereza perenne,
la apatía, el desencanto,
el ser frío.
Tengo el corazón caliente, que palpita,
que grita, que está vivo,
que se rebela y lucha contra la rutina,
contra la lluvia de materia que
-día tras día- nos impregna los sentidos.
No me importa haber fallado,
haberme alejado –otra vez- del camino,
si al final lo reconozco y, en un esfuerzo,
doy a mi vida el giro deseado,
arrepentido.
Y a veces pienso que aunque tampoco este cambio
sea al fin definitivo
y vuelva a separarme del objetivo marcado,
a mancharme de materia como tantos,
al menos tendré la esperanza
de volver,
de cambiar,
de enmendar mi vida hacia el espíritu.
Quiero ser libre y por ello
necesito ser tu amigo
como antes, como siempre,
como sinceramente te llamo
a través de la esencia
de estos signos.