En las afueras de Calpe (Alicante), en la misma línea de la
costa y una vez pasado el puerto de Les Bassetes, se encuentran los restos de
esta cantera que allá por el siglo XVI sirvió para extraer bloques de piedra.
Hoy día, sus restos, simplemente forman una composición agradable para la
vista; sin embargo muy pocos pueden apreciar desde la distancia del paseo
costero el legado que nos dejó un anónimo cantero. Allí abajo, en una de las
paredes, aún se conservan los restos de un grabado sobre la piedra: una figura,
de pie, lleva un pez enorme entre los brazos mientras otra figura agachada
aguarda a su lado.
La memoria de aquél anónimo escultor ha quedado sepultado
por el tiempo y los trazos de su obra desgastados por la lluvia, el mar y el
viento. Sin embargo, de vez en cuando, algún intrépido turista se salta la
valla, desciende por el acantilado, y disfruta de cerca de la belleza del
paisaje y de su obra.
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