martes, 12 de marzo de 2013

El arte de Comunicar


En esta ocasión dedico este espacio a unas cuantas frases que he seleccionado del artículo que mi amigo Enrique Sueiro, doctor en Comunicación, ha incluido en un artículo publicado en El País. Dan mucho para pensar:

Los españoles se merecen un Gobierno que comunique bien, incluidas las malas noticias.
Quien no escucha no percibe y, por tanto, mutila su capacidad de cambiar y mejorar.
No contar todo no equivale a no contar nada, sobre todo, si el silencio favorece la incertidumbre, el rumor o la confusión.
El directivo prudente prevé lo previsible y cuenta lo contable. Esta previsión le lleva a prometer menos y dar más. En cualquier caso, no trata de ser mejor orador que persona.
Más vale estar callado y parecer tonto que hablar y demostrarlo.
La precisión selecciona el contenido informativo para evitar tanto la saturación como las dudas irresueltas. A tiempo, ya que el reloj también importa: cierta comunicación o es preventiva o no es comunicación.
Pedir perdón libera de un lastre personal, directivo y corporativo. Conlleva rectificar y transforma debilidades en fortalezas, amenazas en oportunidades.
Muchos dirigentes eluden pedir perdón porque lo asocian a mostrar debilidad. Así es. Quizá olvidan que también revela autenticidad. Personalmente, me interesa más ser auténtico que perfecto.

Y para acabar un viejo chiste:

El contexto permite encuadrar los datos en la realidad. Un viejo chiste cuenta los resultados del ensayo en ratones de un nuevo fármaco: el 33% se curó, el 33% murió y el tercer ratón se escapó. Ya se ve que el porcentaje no es una referencia fiable si la muestra no es significativa.


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