España se ha convertido en el paraíso de los juicios para
lelos. Ojo, que no he dicho “paralelos” sino “para lelos”, o sea, para tontos.
Cada día vemos en los medios de comunicación la acusación de
culpable para muchos implicados en corrupción política, desfalcos, dopaje,
espionaje, tráfico de influencias, apropiación indebida... Se dedican amplios
espacios y comentarios a condenarlos, aderezado todo ello de una amplia sarta
de improperios, y todo esto antes de que se celebre el juicio y por supuesto
antes de que el juez emita su veredicto.
Pero ¿en qué queda todo eso? Los procesos se alargan, se
alargan, se alargan... van perdiendo interés mediáticos y, finalmente, se
olvidan. Los culpables siguen a sus anchas igual que antes, y los ciudadanos
con una cara un poco más de tontos que antes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario