Hay dos clases de artistas, los que hacen arte porque
quieren y los que hacen arte para vender.
Los primeros hacen aquello que les apetece, lo hacen para
disfrutar y lo hacen cómo y cuando quieren; normalmente no consiguen vender su
arte, pero eso no les importa porque solo buscan con esa expresión artística la
satisfacción personal ya que para obtener dinero y poder vivir realizan otro
trabajo muy diferente.
Los segundos hacen aquello que piensan se puede vender bien
y conseguir así fama y dinero. A veces disfrutan haciéndolo y a veces no, y son
esclavos de esa expresión artística que han elegido como modo de vida y por
consiguiente tienen que hacerlo les apetezca o no puesto que necesitan venderlo
y ganar dinero.
Yo soy de los primeros. Escribo lo que quiero, cuando quiero
y como quiero. Lo muestro para compartirlo con los demás, pero sin buscar ningún
retorno económico. Disfruto escribiendo y si alguien más disfruta leyéndolo, también
me alegraré.
2 comentarios:
Conocía tu valía,pero lo que no sabía es cuánto me alegraría por leerte cada día.
Por Dios, Rapunzel, me vas a hacer sonrojar y eso que hace tiempo que ya perdí la vergüenza...
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