Su abogado está tratando de convencerle, diciéndole que ya
es hora de relajarse un poco, de bajar el ritmo frenético de vida que lleva en
donde las 24 horas del día sólo giran en torno al trabajo y la especulación en
bolsa para ganar dinero. “Aún te queda dinero; podrías vivir bien”, le dice.
Michael Sharpe, uno de los personajes más malvados y despiadados
que ha dado la televisión, le contesta irónicamente: “Eso, y además tengo
salud. Muchas cosas por las que estar agradecido” para afirmar de forma tajante
que “con ese talante nunca pasarás de ser una insignificancia”.
Este es el sino de nuestros tiempos, sólo el poder y el
dinero resultan atractivos y quienes caen en sus redes no se dan cuenta de su esclavitud
y de la pérdida de lo más valioso que tiene el ser humano y que, precisamente es
eso: “ser humano”.
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