Produce una sana envidia contemplar la alegría de los norteamericanos, orgullosos de su país e ilusionados con el cambio. También en mis viajes por el norte de Europa ha sido una constante ver todas las viviendas unifamiliares con un mástil y la bandera de su país en lo alto. ¿Y en España? A quien se le ocurriese hacer lo mismo lo tacharían de facha. Unos, porque estúpidamente relacionan la bandera de España con la dictadura. Otros, porque quieren ser nación independiente y hacen que, por ejemplo, se diga en los libros de texto que España es una realidad ajena al País Vasco o hasta quieren, por ejemplo, abrir embajadas catalanas en el extranjero.
Mientras tanto, los norteamericanos salen a la calle y celebran el cambio en un clima de unidad y mostrando al mundo el orgullo de ser norteamericanos.
Un país que se avergüenza de sí mismo solo tiene un destino: la descomposición moral, económica y política. Esa es la verdadera crisis que nos azota, y el cáncer que la corroe, el nacionalismo.
2 comentarios:
Es verdad, fíjate que en un foro en el que participo tengo una banderita de España en mi firma y un día de estos un participante me llamó facha (!)...
Pues me importa un pepino, cuando fué el Campeonato de Europa de Futbol, aquí en Portugal pusieron banderas por las ventanas en los cohes etc. Yo puse una enorme de España en la ventana y además con la buena fortuna que ganamos el campeonato ;).
Perdón, esta tarde me olvidé de firmar mi post.
Raquel ;)
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