Aunque no hayan sido reconocido (ni lo serán nunca) los
negros han sido galardonados con premios en multitud de ocasiones. Nos
referimos a los que escriben algo que luego va firmado por otro. En el argot
popular se llama “negros” a todos los que escriben libros, discursos,
artículos, etc. que luego van firmados por otra persona para la cual trabajan o
con la que colaboran de manera puntual. El famoso que no hace otra cosa que firmar,
es quien se lleva los aplausos y honores, y el negro tan solo se lleva un
dinero o un salario por su trabajo. Dicho esto, lo reconoceré: yo también fui
negro.
Durante mi última etapa en la Organización Médica Colegial
(OMC) me tocó trabajar como negro, escribiendo discursos y artículos que luego
firmaba el presidente. En una ocasión, uno de estos artículos, titulado “¿Y
quién cura al médico?”, publicado en el diario “ABC”, fue galardonado con un
accésit en el “Premio Reflexiones a la Opinión Sanitaria”. Como era de esperar,
los honores y aplausos fueron para el presidente que firmó dicho artículo, no
para su autor real; sin embargo, lo más triste del caso es que aquél negro ni
siquiera recibió unas palabras de agradecimiento por parte del presidente
galardonado.
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