Cristiano Ronaldo, en un momento de calentón dijo lo que
pensaba (“si todos fuesen como yo iríamos los primeros”), pero luego se
arrepintió (hay que ser políticamente correcto) pero en vez de disculparse por
sus palabras (pedir perdón sólo lo hacen los humildes) se inventó excusas (“me
refería al estado físico y las lesiones”) y para rematarlo añadió: “yo no soy
mejor que nadie”. Pues entonces, si él mismo reconoce que “no es mejor que
nadie” ¿cómo es que va diciendo por ahí que se merece el Balón de Oro. ¿Acaso
no es esa una distinción para el mejor? Pues según eso, él no lo merece porque
“no es mejor que nadie”.
Sirva esto de ejemplo para todos aquellos directivos que
“meten la pata” cuando están haciendo declaraciones ante los medios. Después,
cuando lo oyen o lo ven escrito, se dan cuenta de lo poco acertados que han
estado. Que piensen en Cristiano Ronaldo y no hagan como él. Es mejor pedir
disculpas antes que inventarse cualquier increíble excusa.
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