Estrategias de manipulación de masas

1.- Distracción.- Desviar la atención del público de los problemas importantes a otros secundarios pero con gran atractivo para crear debate y así tenerlos entretenidos.
2.- Crear problemas.- Crear y plantear problemas para los que ya se tiene preparada la solución y, a continuación, ofrecer la solución a dicho problema y llevarse todos los honores.
3.- Cuentagotas.- Para conseguir que se acepte una situación inaceptable, se van avanzando pequeños pasos en esa dirección a lo largo de un periodo de tiempo (como rebosar un vaso echando muy despacio una gota tras otra).
4.- Medio o largo plazo.- Para que se acepte una actuación impopular, hacerla ver como necesaria e imprescindible pero cuya aplicación real sólo tendrá lugar a medio o largo plazo; así, al no verla como algo inmediato, suele ser aceptada.
5.- Discurso infantil.- Dirigirse al público en un lenguaje propio de niños de corta edad, de esta forma se asegura que el mensaje será entendido y no se incita a la reflexión o al debate (es así, y punto).
6.- Dirigirse a las emociones.- No utilizar el razonamiento lógico en las exposiciones, sino apelar a los sentimientos y a las emociones (estas, además, no tienen memoria).
7.- Potenciar la incultura llamándola cultura.- La cultura es enemiga de la manipulación, por tanto, cuanto más inculto y embrutecido esté un pueblo, más fácil será manejarlo como a un rebaño de borregos.
8.- Aceptación de la mediocridad.- Hacer ver que lo mediocre y vulgar debe ser aceptado como una moda; el sentimiento de adhesión a una moda es ajeno al razonamiento individual.
9.- Culpabilidad del borrego.- Hacer ver que la culpa la tiene el público y no los dirigentes que han manejado el poder y tomado las decisiones; por tanto, cualquier medida de corrección debe aceptarla el público ya que ha sido culpable, mientras que los dirigentes no tienen por qué verse afectados por esas medidas.
10.- Intromisión en la intimidad.- Desarrollar todo tipo de estudios y medidas para conocer cómo son, cómo sienten, y cómo actúan los individuos, para de esta forma saber cómo manipularlos mejor. Cuanto más se conozca de ellos más estarán “en manos” de los dirigentes.

Adaptación inefable de las “Diez estrategias de manipulación” que elaboró el lingüista Noam Chomsky.