Cuando te plantees si sumarte o no a la próxima huelga, trata de responder antes a estas dos sencillas preguntas:
1.- ¿Estoy de acuerdo con lo que se reclama en esta huelga?
2.- ¿Haciendo huelga se va a conseguir?
Si estás de acuerdo con la respuesta a la primera pregunta, y la respuesta a la segunda es un sí rotundo; entonces súmate a la huelga. De lo contrario, esa huelga sólo será:
A.- Una pérdida de tiempo y de dinero en la que tú serás una simple marioneta.
B.- Un pretexto para que los salvajes (a los que hipócritamente se llama “chicos antisistema”) destrocen mobiliario urbano.
C.- Un respaldo a los líderes sindicales para que puedan seguir reclamando sus privilegios.
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