“Si la tranquilidad se puede dar en algún punto es en la
aceptación del destino, pero no una aceptación estoica, de brazos caídos, sino
una aceptación con lucha: vencer al destino frente a frente, ganándole palmo a
palmo cada segundo, cada minuto. Hay que aceptar la lucha”.
(Enseñanzas de mi maestro Manuel Prieto Peromingo)
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