“Con
todo lo que yo te digo no tienes que tomarlo, leerlo, engullirlo y hacerlo
tuyo. No. Debes calibrarlo en ti, pensarlo por ti y decidirlo por ti. No somos
iguales. Yo solo te abro puertas que para ti permanecen cerradas, pero tú no
debes aceptar porque sí lo que se ve en ellas. Unas cosas te convencerán y
otras no. Toma entonces lo que puede ser para ti desde tu pensamiento. Lo mismo
que un contrato no debe firmarse sin leerlo bien antes, tú no debes aceptar ideas o visiones sin
sopesarlas antes en tu interior, vengan de quien vengan. Y después de
analizarlas, decídete o no por ellas”.
(Enseñanzas
de mi maestro Manuel Prieto Peromingo)
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