Lo
más pequeño, lo más sencillo, es lo más importante. Y hoy, cuando todos nos
deseamos (de corazón o por compromiso) eso tan manido de “Feliz Navidad” quiero
haceros un regalo muy especial: Tres verbos.
Los
tres verbos que os voy a regalar son los más importantes para que tu vida y la
de quienes te rodean, sea más feliz:
1.-
Sonreír
Ese
gesto tan sencillo, que no requiere ningún esfuerzo, tiene un poder
incalculable para generar bienestar en los demás. Utilízalo siempre y a todas
horas. Irás irradiando felicidad y al mismo tiempo esa felicidad anidará en ti.
2.-
Abrazar
El
contacto físico es muy importante. Nos hace sentirnos queridos y apoyados. Y
esa ligera presión del abrazo afectuoso hace que las vibraciones se
intercambien entre ambos y se revitalicen mutuamente. No rehúyas el contacto
físico; un abrazo de amor o de amistad te hará sentir más fuerte.
3.-
Escuchar
¡Ay!
¡Este es el más difícil de los tres! Si fuese lo contrario, eso de hablar y
hablar, de contar a los demás lo que somos, lo que haríamos, el clásico “yo que
tú…”… pero eso no genera beneficios ni para ti ni para los demás. Por el
contrario “escuchar” a nuestro interlocutor, interesarnos de verdad por lo que
nos cuenta, tratar de comprenderlo aunque no compartamos todo lo que dice… eso
sí que es valioso y supone una inyección de autoestima para nuestro
interlocutor. Dejemos de hablar tanto de nosotros mismos e interesémonos más
por los demás. Escuchar, o como definía un comunicador amigo mío, la “escucha
activa” (es decir, escuchar con verdadero interés y no eso de “por un oído me
entra y por otro me sale”, o “a ver cuándo acaba este pelmazo”), es uno de los
mejores regalos que podemos hacer a los demás y no olvidemos que todo aquello
que damos lo acabamos recibiendo. Simplemente piensa: “Si tú estuvieses en su
lugar ¿no te gustaría que te prestasen un poco de atención? Recuerda: lo que se
da, se acaba recibiendo.
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