domingo, 12 de agosto de 2018

Poesía religiosa (11)

Ejemplo de poesía religiosa, escrito por Mercedes Fisac Clemente (Daimiel, Ciudad Real, 1889-1981) a quien dedicamos en este blog un ciclo en homenaje y recuerdo.

Santísimo Cristo,
Patrón de Torralba,
recibe en este día
mi tierna plegaria;
tu imagen bendita
adoro postrada,
rezando por todos
aquellas palabras
que un día mis padres
con fe me enseñaban;
el Credo, el compendio
de la fe cristiana,
en el que se ofrece
vida que no acaba,
vida perdurable,
vida eterna y santa,
a los que cumplieren
con sus enseñanzas.

Cristo del Consuelo:
¡Cuántos hijos faltan
de los que en tu fiesta
el cirio llevaban,
y sobre el pecho
brillante medalla!
Hacia aquellos tiempos
vuelvo la mirada
y veo los hombres
en filas muy largas,
con sus trajes negros
y pecheras blancas,
siguiendo a su Cristo
por calles y plazas.
¡Qué impresión más honda
a mi me causaban
los que de rodillas
la carrera andaban,
de cara a tu imagen
y al mundo de espaldas!
¡Los que al santo Cristo
auxilio imploraban!
¡Los que desde niños,
al ver tu medalla
puesta en tus cofrades,
iban a besarla!
¡Aquellos soldados
que cuando marchaban,
iban a la Ermita
y un suspiro daban,
que era como un rezo
del que no rezaba!

¡Cristo del Consuelo,
Patrón de Torralba!
¡Vuelve hacia tu pueblo
tu dulce mirada!
Inspira a las madres
valor y esperanza;
inspira a los padres
la fe, demostrada,
llevando a sus hijos
a orar a tus plantas;
que sepan y entiendan
que lo que hace falta
es dar a los niños
cristiana enseñanza,
es dar buen ejemplo,
es... ir a tu casa.
No es solo en tu fiesta
cuando las campanas
con sones alegres
avisan tu entrada,
sino en tantos días...
en las horas largas
en que los esperas
en cruz y los llamas,
para que te pidan
perdón por sus faltas,
para que comulguen
en florida Pascua,
como el catecismo
lo ordena y lo manda.

La cruz es la vida,
del cielo es escala,
y no es buen cristiano
quien la cruz no ama,
por eso, Dios mío,
las siete palabras
que en la cruz dijiste,
consuelan tus almas.

¡Santo Cristo,
Patrón de Torralba!
¡Consuela a los tristes!
¡Redime las almas!

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