Como auténticos borregos hemos caído en la trampa de los
partidos políticos para repartirse entre ellos el pastel. Cada uno creó su
falso posicionamiento al que llamaron “izquierda” y “derecha” para que cada
cual votase a aquél partido por el que prefiriese ser robado. Incluso en
algunas regiones de España se fue más allá y se dividió en “partidos
nacionalistas” y “partidos nacionales”, porque cada cual quería mangonear a su
antojo en su corral (nunca mejor dicho puesto que las urnas son el matadero al
que acuden los votantes borregos).
Sin embargo parece que la cosa ha cambiado y nos han abierto
los ojos: ya no hay partidos de derechas o de izquierdas, lo que hay son
partidos que roban y partidos que quieren acabar con la corrupción y quitar los
privilegios a los políticos.
Aunque las recientes encuestas señalan el fin del
bipartidismo, no nos engañemos, la victoria no va a ser fácil; los de las
tarjetas opacas, el dinero B, las cuentas en Suiza y en Andorra, los ERES
fraudulentos, las cacicadas en los Ayuntamientos... todos esos no van a soltar
el chollo así por las buenas y se dedicarán a calumniar, mentir (como siempre
han hecho porque eso se les da muy bien), prometer (tienen gran experiencia en
prometer lo contrario de lo que hacen), distraer la atención, etc.
Por eso conviene tener muy presente que ya no hay ni
izquierdas ni derechas, sólo dos opciones: ladrones o gente dispuesta a acabar
con la corrupción.
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