1.- LO QUE HA DICHO ES VERDAD.- La lógica más elemental nos
dice que sin una gran organización detrás es imposible que un joven de 20 años
tenga tan amplia colección de hazañas (asistir a la proclamación del rey, estar
en el balcón del PP la noche que ganó las elecciones, viajar en coche oficial y
con escoltas reiteradas veces, disponer de un chalet de lujo para sus
reuniones, entrevistarse y/o comer o cenar con políticos y grandes
empresarios...). Hay que reconocer, por tanto, que nos encontramos ante un
joven de talento y habilidad excepcional porque pocos jóvenes son capaces de
desenvolverse con tanta soltura en esos ambientes y sobre todo de ser elegidos
para ello. Un joven, pues, que debería ser contratado inmediatamente para
ocupar un alto cargo en alguna institución del PP o del Estado.
2.- LO QUE HA DICHO ES MENTIRA.- Si todo lo que ha dicho es
mentira, la única verdad que nos queda es la de su presencia en todos esos
actos y reuniones (fotos, documentos y testimonios lo certifican), por lo que
resulta asombroso que un joven de 20 años sin ningún tipo de ayuda exterior
haya sido capaz de colarse en esos ambientes. Hay que reconocer, por tanto, que
nos encontramos ante un ser no ya excepcional sino extraordinario, que debería
ser contratado inmediatamente para ocupar un alto cargo en alguna institución
del PP o del Estado.
Por consiguiente, desde ahora, ya no volveré a llamarle
“Pequeño Nicolás” sino Francisco Nicolás Gómez, con todos mis respetos.
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