jueves, 20 de noviembre de 2014

Dichosos los que temen al Señor... ???!!!

El encabezamiento de este post es el estribillo de una canción que escuché hace poco en una misa. La primera vez que lo escuché me quedé sorprendido. Cuando lo repitieron por segunda vez, me quedé perplejo. Al escucharlo por tercera vez me indigné. La seglar que desde el púlpito dirigía esta canción que unos pocos fieles canturreaban, animaba a los asistentes para que se uniesen a ella y así dar mayor resonancia al estribillo. Para mis adentros me negué a seguirles el juego y en un acto de rebeldía –yo diría, más bien, de justicia- cambié mentalmente el texto del estribillo: Dichosos los que aman al Creador.

Veamos los matices que encierra dicho cambio. En primer lugar desterré el verbo “temer” y lo cambié por el verbo “amar”. Nadie debe ser dichoso por tener miedo, al contrario, quien tiene miedo es un desgraciado. Se es dichoso cuando se ama y cuando se recibe amor, y ambas cosas son las que existen en la relación de los humanos con el Ser superior. Además, es un enorme contrasentido que los curas nos digan que “Dios es amor” y luego vengan con estribillos como este diciéndonos que hay que “temerle”. Pues, señores, a todos aquellos a quienes yo amo y de los que recibo igual afecto, no les temo sino todo lo contrario: los amo y soy feliz por ello.

Siguiente punto: cambié el sustantivo “Señor” por el de “Creador”. Si alguien es “Señor” es porque otro alguien es “siervo”, y resulta que no es eso lo que predicó Jesús, al contrario, él (con minúscula, porque eso es lo que a él le gustaba) predicó siempre la humildad y luchó y murió en defensa de los pobres y los más desfavorecidos, no de los “Señores” y poderosos. Por consiguiente, la palabra “Creador” lo define y califica al mismo tiempo sin que eso suponga una imposición sobre los demás, sino al contrario, un acto de generosidad. ¿Veis la diferencia?: El “Señor” impone, mientras que el “Creador” da.

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