Estamos asistiendo estos días a una gran campaña
mediática contra el que llaman “pequeño Nicolás” pero que yo llamaré desde
ahora: “El Gran Don Francisco Nicolás Gómez”.
Días tras día se suceden los desmentidos de personas,
instituciones, organismos oficiales, lo que sea; nadie conoce al tal Nicolás,
nadie lo ha visto jamás, nadie le ha encargado nada, sólo saben de él lo que
han leído en la prensa, etc., etc. De ser así, cada nuevo desmentido no hace
sino agrandar la imagen de este curioso personaje. ¿Cómo es posible que sin
ayuda exterior de ningún tipo se haya colado en tantos actos oficiales, haya
dispuesto de escolta y coches oficiales, haya compartido palco en el Bernabéu y
mesa y mantel en los más selectos círculos políticos y empresariales? ¡Si hasta
estuvo en el balcón de Génova la noche que el PP ganó las elecciones y en el
balcón de Pinto cuando Contador ganó la Vuelta a España! Si nos creemos los
desmentidos, resulta que todo eso lo ha hecho él sólo sin ayuda de nadie, con
sus 20 añitos... ¡y lo viene haciendo desde hace unos cuantos años! Gigante. ¡Chapeau!
Cualquier otro adjetivo se queda corto para definir la figura del Gran Don
Francisco Nicolás Gómez.
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