“Palabras internas”, eso fue lo que ella dijo
al expresar ese encuentro de dos almas
escondidas
a la luz de miradas y palabras,
de ilusión por encontrar manos amigas
capaces de tallar y compartir
un mismo anhelo.
Fue la voz del corazón,
la que no respeta reglas
y se mueve porque sí,
como siente y como quiere,
buscando esa hermandad
de dos almas desterradas de la tierra
que, a fuerza de ser sinceras,
supieron ver algo más y quisieron
compartir sus experiencias.
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