lunes, 4 de mayo de 2009

Repruebo a los que reprueban

Desde esta tribuna pública que es este blog de opinión personal podría reprobar a todos los que no piensen como yo. Eso es lo que hacen muchos de nuestros políticos (tal como se deduce de la propuesta de EREC-IU-ICV a la que han mostrado apoyo publico algunos parlamentarios de PSOE y PP) cuando pretenden que el Parlamento español repruebe al Papa porque piensa de forma diferente a ellos (en concreto, les molesta que el Papa esté en contra del uso del preservativo). Siguiendo su ejemplo, podría reprobar públicamente a cuantos humanos discrepen de mis opiniones. Pero no lo voy a hacer. Simplemente voy a reprobar a quienes reprueban a los que discrepan de sus opiniones, a los fundamentalistas que no aceptan que nadie pueda pensar de forma diferente y expresarse con libertad, a los talibanes de nuestro Parlamento que quieren censurar las voces ajenas...

Si esa mamarrachada de propuesta parlamentaria llega a votarse en el Parlamento, además de perder la poca credibilidad que me merece la gente que ocupa esos escaños, declararé personas “non grata” a todos los que voten a favor de la misma.

Cada uno tiene derecho a pensar como le de la gana y a decir en público lo que piense. Por eso estos parlamentarios fundamentalistas que proponen votar esa reprobación, tienen derecho a pensar como quieran y a decir públicamente lo que quieran, pero una cosa es “decir” (para lo que siempre debe existir libertad) y otra es “hacer”, y resulta que “hacer” –o sea, llevar a cabo esa propuesta- es algo que utiliza el dinero de todos los ciudadanos (¿se olvidan los parlamentarios que no son sino empleados a sueldo –y buen sueldo por cierto- de todos nosotros?) y hay cosas mucho más importantes a las que deben dedicar su tiempo y su trabajo.

En definitiva, hay que dejar que cada uno –también ellos- piense y diga lo que quiera, pero no se debe permitir que despilfarren el tiempo y el dinero que nos cuestan, en estupideces como esta.

PD.- Y que conste que yo estoy de acuerdo con ellos y discrepo de la opinión del Papa en este tema, porque si sus padres no hubiesen hecho caso al Papa y hubieran usado el preservativo, ahora ellos no estarían aquí y nosotros nos habríamos ahorrado todo esto.

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