Según ha dicho hoy el presidente Zapatero, las jóvenes de 16 años no solo podrán abortar cuando quieran sino que además podrán hacerlo sin consentimiento paterno "para evitar interferencias".
Una acertada decisión. Hay que evitar cualquier “interferencia” y dejar que las jóvenes hagan lo que les de la gana y sin contar con los padres que no pintan nada y cuya única misión es pagarles todo a sus hijos sin preguntar nunca nada.
Sin embargo el Gobierno se ha quedado muy corto en sus medidas. Es imprescindible que cuanto antes permita que todos los jóvenes de 16 años puedan:
- Votar
- Comprar alcohol
- Comprar tabaco
- Solicitar la eutanasia
- Hacerse operaciones de cirugía estética
- Independizarse e irse a vivir con quien quieran
- Solicitar créditos
- Tener tarjetas de crédito
- Elegir libremente si quieren o no estudiar y dónde
(Desde luego es ilógico que se les permita abortar y en cambio se les prohíba todo lo anterior).
Pero eso sí: deberán recibir de sus padres todo el sustento económico que necesiten para esos pagos.
Pero como los padres deben permanecer siempre en la inopia, proponemos: que el Gobierno cree un nuevo impuesto a los padres. Dicho impuesto, que puede llegar a alcanzar hasta el 100% de los ingresos de los padres, será administrado por el Estado que destinará una parte a los sindicatos, otra a las CCAA, otra a las comisiones de trabajo del ministerio, otra a la SGAE y otra, finalmente, a los jóvenes receptores de dichas asignaciones, que así podrán disponer del dinero sin que sepan sus padres ni la cuantía que reciben ni para qué lo usan.
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