Cuando después de muchos años me reencontré con mi
maestro, aquél que me formó como persona en esa edad difícil que va de los 16 a
19 años, me dijo lo siguiente: “Físicamente con los años hemos cambiado, como
puede verse, pero a pesar de los achaques, por dentro estoy seguro de que todos
seguimos aspirando a imposibles, igual que entonces”. ¿Y tú? ¿Sigues aspirando
a imposibles?
No era justo que me quedara para mí solo las enseñanzas
de mi maestro, así que decidí trasladarlas a un libro para que todo aquél que
quisiera pudiese beneficiarse de ellas.
Es tanta la riqueza de su contenido que debe ser leído y
releído varias veces, porque la libertad individual y la necesidad de experimentar
y decidir por uno mismo es algo que nos deja bien claro desde el principio.
Fuente.- “Asignatura: La vida”, de Vicente Fisac.
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