Edgar Mitchell, el astronauta del Apolo XIV, el hombre que más tiempo ha estado caminando por la superficie de la Luna, ha confesado unos meses antes de morir –cuando ya disfrutaba de su jubilación y pasaba de presiones gubernamentales- que Estados Unidos tiene en su poder varias naves extraterrestres, que él mismo investigó sobre estos hechos y sufrió las censuras más severas. No estamos solos, pero los Gobiernos siguen haciendo de “padres” para que la población de borregos que les mantienen en sus cargos y prebendas a través del voto no abran los ojos a otra realidad. No quieren nada que pueda despertar la mente de los votantes, anestesiados con su eterna palabrería.
Creer que nos han visitado seres de otros mundos no da carácter de realidad a dicha creencia, como tampoco el no creer en eso impide su existencia. Lo más peligroso de todo, y lo que de verdad asusta a los gobernantes, es que el hecho de creer en extraterrestres (que si son capaces de venir hasta aquí es que son más inteligentes que ellos, que sólo fueron capaces de ir unas cuantas veces a la Luna hace ya medio siglo) los pone a ellos en un papel secundario e incita a la gente a pensar y a cuestionarse muchas cosas. Y eso no les conviene...
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