sábado, 23 de febrero de 2019

La Ley de Memoria… digo de Amnesia Histórica


La llamada Ley de Memoria Histórica tiene muy mal puesto el nombre; debería llamarse Ley de Revancha Histórica o Ley de Amnesia Histórica. Pero antes de emitir tu opinión a favor o en contra de lo que escribo, ten un poco de paciencia y espera a leerlo todo, porque estoy seguro que si estabas a favor de lo que digo, acabarás estando en contra… y si estabas en contra de lo que digo… pues también acabarás estando en contra.

Me explicaré… La citada Ley pretende recuperar el honor y la memoria de todos aquellos que murieron en el bando republicano, lo cual me parece totalmente justo. No hay derecho a que se hayan silenciado sus nombres, ni a que sus restos reposen no se sabe bien dónde ni cómo… y que encima veamos por todas partes letreros de calles, placas, monumentos, etc. ensalzando a los del otro bando.

Sin embargo a la hora de ejecutar la Ley se han impregnado de revanchismo y pretenden imponer a todos una amnesia histórica al borrar y hacer desaparecer todos los nombres y símbolos del franquismo, poniendo en su lugar nombres y monumentos de los del otro bando. Es decir: borrar una memoria histórica para reemplazarla por otra memoria histórica. Conclusión: Si antes teníamos desconocimiento de un bando ahora lo tenemos del otro. Esto me recuerda lo que hacían algunos faraones del antiguo Egipto al llegar al poder: Borrar a golpe de cincel todas las inscripciones que ensalzaban y recordaban al antiguo faraón.

¿No sería más justo y razonable, en aras a la concordia, el colocar nombres, placas y monumentos de los republicanos en las nuevas calles y plazas que se van construyendo y levantar nuevos monumentos dedicados a ellos en los parques y plazas, en vez de sustituir unos por otros? Se me dirá que de esa forma los franquistas seguirían estando en las mejores zonas de las ciudades y los republicanos desterrados al extrarradio. Bueno, pues en ese caso también hay una solución: formar duetos, es decir, la Avenida del generalísimo se llamaría Avenida del Generalísimo y Pablo Iglesias, por ejemplo, o calle de carrero Blanco y Santiago Carrillo, etc. y así quedarían los dos bandos hermanados en vez de mantener constantemente la confrontación.

Claro que yo siempre he optado por otra solución, la misma que al menos que yo sepa se ha utilizado en el pueblo de Tres Cantos (Madrid). Allí los barrios son temáticos y no problemáticos: Mares (con las calles Cantábrico, Mediterráneo, etc.), Foresta (con las calles Violeta, Menta, etc.), Cineastas (con las calles Actores, Guionistas, etc.). De esta forma, gobierne quien gobierne, nadie estará en contra del nombre de las calles y no habrá que cambiarlas cada vez que cambie el gobierno ni se producirá un enfrentamiento entre los partidarios de diferentes ideologías.

En la imagen, unos rótulos de calles que no ofenden a nadie y que no habrá que cambiar cada vez que un partido político nuevo llegue al Gobierno.

2 comentarios:

Juanjo Ortiz dijo...

Yo soy de tu misma opinión

lnanta dijo...

Me encanta tu reflexión. Y lo de la calle fantasma me inquieta...

Un saludo ;)