La
llamada Ley de Memoria Histórica tiene muy mal puesto el nombre; debería
llamarse Ley de Revancha Histórica o Ley de Amnesia Histórica. Pero antes de
emitir tu opinión a favor o en contra de lo que escribo, ten un poco de
paciencia y espera a leerlo todo, porque estoy seguro que si estabas a favor de
lo que digo, acabarás estando en contra… y si estabas en contra de lo que digo…
pues también acabarás estando en contra.
Me
explicaré… La citada Ley pretende recuperar el honor y la memoria de todos
aquellos que murieron en el bando republicano, lo cual me parece totalmente
justo. No hay derecho a que se hayan silenciado sus nombres, ni a que sus
restos reposen no se sabe bien dónde ni cómo… y que encima veamos por todas
partes letreros de calles, placas, monumentos, etc. ensalzando a los del otro
bando.
Sin
embargo a la hora de ejecutar la Ley se han impregnado de revanchismo y
pretenden imponer a todos una amnesia histórica al borrar y hacer desaparecer
todos los nombres y símbolos del franquismo, poniendo en su lugar nombres y
monumentos de los del otro bando. Es decir: borrar una memoria histórica para
reemplazarla por otra memoria histórica. Conclusión: Si antes teníamos
desconocimiento de un bando ahora lo tenemos del otro. Esto me recuerda lo que
hacían algunos faraones del antiguo Egipto al llegar al poder: Borrar a golpe
de cincel todas las inscripciones que ensalzaban y recordaban al antiguo faraón.
¿No
sería más justo y razonable, en aras a la concordia, el colocar nombres, placas
y monumentos de los republicanos en las nuevas calles y plazas que se van
construyendo y levantar nuevos monumentos dedicados a ellos en los parques y
plazas, en vez de sustituir unos por otros? Se me dirá que de esa forma los
franquistas seguirían estando en las mejores zonas de las ciudades y los
republicanos desterrados al extrarradio. Bueno, pues en ese caso también hay
una solución: formar duetos, es decir, la Avenida del generalísimo se llamaría
Avenida del Generalísimo y Pablo Iglesias, por ejemplo, o calle de carrero Blanco
y Santiago Carrillo, etc. y así quedarían los dos bandos hermanados en vez de mantener
constantemente la confrontación.
Claro
que yo siempre he optado por otra solución, la misma que al menos que yo sepa
se ha utilizado en el pueblo de Tres Cantos (Madrid). Allí los barrios son
temáticos y no problemáticos: Mares (con las calles Cantábrico, Mediterráneo,
etc.), Foresta (con las calles Violeta, Menta, etc.), Cineastas (con las calles
Actores, Guionistas, etc.). De esta forma, gobierne quien gobierne, nadie
estará en contra del nombre de las calles y no habrá que cambiarlas cada vez
que cambie el gobierno ni se producirá un enfrentamiento entre los partidarios
de diferentes ideologías.
En la imagen, unos rótulos de calles que no ofenden a nadie y que no habrá que cambiar cada vez que un partido político nuevo llegue al Gobierno.
En la imagen, unos rótulos de calles que no ofenden a nadie y que no habrá que cambiar cada vez que un partido político nuevo llegue al Gobierno.
2 comentarios:
Yo soy de tu misma opinión
Me encanta tu reflexión. Y lo de la calle fantasma me inquieta...
Un saludo ;)
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