Una vez
que el grupo ICI (Imperial Chemical Industries) decidió separarse en dos grupos
(el químico puro, que seguiría llamándose ICI, y el de biociencia, que pasó a
llamarse Zéneca) estaba claro que aún formaban parte de este segundo grupo
algunos negocios que tenían poco de biociencia, como Zeneca Resins (resinas
acrílicas), Stahl Ibérica (productos para el curtido y acabado del cuero), etc.
y tarde o temprano saldrían del mismo para que este sólo se concentrase en los
productos farmacéuticos.
Ya se
estaban dando los primeros pasos en este sentido, buscando compradores para los
mismos, mientras el negocio farmacéutico ganaba protagonismo con una amplñisima
cartera de nuevos productos dispuestos a ser lanzados en el mercado. Fue así
como uno de los responsables médicos de la empresa, Emilio Pedrosa, y yo, nos
desplazamos a Barcelona para comunicar en una rueda de prensa los resultados anuales
de la compañía y cuáles eran los planes de futuro de Zéneca.
Un buen
número de periodistas se dieron cita en dicha rueda de prensa, en donde yo
asumí la exposición de los datos empresariales y Emilio Pedrosa los datos
médicos de los productos más importantes que estaban en últimas fases de
investigación. Evidentemente hablé de cómo algunos negocios como Zeneca Resins,
Stahl Ibérica, etc., que aún pertenecían al grupo Zéneca, dejarían de hacerlo
en el futuro. Pero la anécdota fue que –como consecuencia de aquella rueda de
prensa- hubo un medio que publicó que “Emilio Pedrosa y Vicente Fisac se
desplazaron a Barcelona para vender algunos de los negocios que hasta ahora
pertenecían al grupo Zéneca”.
Tuve que explicarle después a Emilio y a alguno más, que esos errores forman parte del día a día de los medios de comunicación y que no había que darle mayor importancia. Lo que cuenta es el sentido general de la noticia, aunque –evidentemente- ni Emilio ni yo éramos los responsables de vender esos negocios.
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