Así lo han refrendado los astronautas e incluso a uno de
ellos, Jack Schmitt (Apollo 17) padeció el primer caso conocido de alergia al
polvo lunar. Curiosamente el polvo lunar, cuando fue analizado en la Tierra, ya
no olía a pólvora, tal como lo habían manifestado los astronautas que intentaban
quitarse en el módulo lunar todo el polvo que se había impregnado en sus
trajes.
Estas y otras curiosas informaciones puedes leerlas en
“Planetas y satélites”, una revisión completa de nuestro sistema solar:
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