Ecologistas mudos

Me ha llamado la atención estos días el vergonzoso silencio de los ecologistas, al menos de esos “ecologistas” que siempre están alzando la voz cada vez que se produce un vertido tóxico, o se piensa abrir una nueva carretera, o se piensa remodelar una calle cortando para ello varios árboles, o se derriba un edificio en ruinas pretendidamente histórico… en general, protestas todas muy loables aunque desprendan cierto “tufillo” ideológico. Pero lo que me ha llamado sobremanera la atención estos días ha sido comprobar el silencio de los ecologistas durante la huelga de mineros y sus consiguientes actos de violencia callejera (eso no son protestas, es salvajismo), sobre todo cuando veía enormes columnas de humo producido por neumáticos ardiendo (¿es que eso no contamina?) y cuando veía las espeluznantes imágenes de unos salvajes (que se supone estaban “defendiendo” a los mineros) que cortaban con una motosierra varios árboles centenarios y los hacían caer sobre las carreteras impedir el tráfico. Os aseguro que esa sierra cortando los árboles me producía un desasosiego mayor que el torno del dentista. Pero ¡qué va! ¡Ni uno solo de los ecologistas ha levantado la voz para decir que serrar esos árboles era una barbaridad!

Así que desde aquí quiero poner en evidencia y someter a la vergüenza pública a todos los ecologistas de pacotilla, falsos, mezquinos, que son incapaces de protestar cuando se comete un atentado contra el medio ambiente pero piensan que dicho atentado les puede venir bien para atacar al partido político que está en el Gobierno. Un ecologista no debería tener más partido político que la madre Tierra.