¿POR QUÉ YO? No dijiste nada y aguardaste paciente mi silencio. Tu voz
nunca antes la había escuchado. Me cogiste la mano y andamos el sendero hasta
mi cueva. Allí hablamos junto al fuego. No dijiste nada de ti, sólo de mí. ¿Por
qué yo? Era un lenguaje que nunca antes había escuchado. Ya no tenía miedo de
ti; tenía miedo de mi amor, de amarte locamente; tenía miedo de mí. ¿Por qué
yo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario