Nacido
en Madrid (1949) y criado en Daimiel (Ciudad Real) Vicente Fisac ha dedicado
toda su vida profesional a la Comunicación y el Periodismo. A los seis años
estuvo a punto de morir ahogado y, milagrosamente, su padre lo salvó en el
último instante trayéndole de nuevo a la luz. Desde entonces mostró una enorme
afición por la lectura y la escritura. A los siete años escribió su primera
novela (un pequeño relato). A los 12 años comenzó a escribir poesías. A los 13
años, su profesor de Literatura, Eloy Rada García, escribió al final de una de
sus redacciones: “Con toda alegría le felicito y le animo. Tal vez por este
camino que tiene pasos de niño, Vd. Llegue a dar pasos de gigante”. De los 16 a
los 19 años contó con la ayuda de otro profesor, Manuel Prieto Peromingo, para
guiarle en el oficio de escritor, de poeta y de la asignatura más importante:
la Vida.
Soñaba
con escribir y vivir de lo que escribiese. Soñaba con encontrar el amor de su
vida y formar una familia. Soñaba con ser independiente muy pronto. Soñaba con
viajar a los países nórdicos por los que sentía desde la infancia, una
inexplicable atracción…
A
los 21 años terminó la carrera de Publicidad, a los 22 años comenzó a trabajar
y el mismo día que cumplía 23 años se casó. Pudo vivir de lo que escribía,
aunque no fuesen poesías sino textos de anuncios, folletos, manuales, informes…
Fue progresando en su trabajo, dedicando cada vez más tiempo a escribir,
añadiendo a todo lo anterior los textos de anuncios para radio, para
televisión, programas audiovisuales… e instauró en su empresa un Gabinete de
Prensa unipersonal (él sólo) escribiendo y publicando artículos en revistas del
sector, redactando y enviando notas de prensa que después eran publicadas en
diversos medios de comunicación…
La
enseñanza de inglés que había recibido durante sus años de estudio era nefasta
y no hablaba inglés… algo imprescindible para seguir progresando
profesionalmente. Se pagó un curso de inmersión en inglés y salió
chapurreándolo. La empresa para la que trabajaba le pagó otro y salió
hablándolo. La empresa que daba los cursos le regaló un tercero… y ya estuvo en
condiciones de comunicarse en inglés. Así se lo contó al presidente del grupo
en España y este lo ascendió a Country Communication Manager para que se
dedicase por completo a su faceta de periodista en el nuevo giro que iba a
dar el grupo multinacional en el que
estaba trabajando.
A
partir de entonces dedicó el cien por cien de su tiempo a escribir artículos,
notas de prensa, libros, programas audiovisuales… y puso en marcha una revista
trimestral y un diario digital que llegó a convertirse en el segundo digital
sanitario más leído de la época. Y viajó por toda Europa y en especial por los
países nórdicos ya que tras fusiones, adquisiciones y nuevas fusiones, su
empresa se convirtió en una compañía internacional anglo-sueca y en el tercer
laboratorio farmacéutico más grande del mundo.
A
nivel familiar tuvo tres hijos y también viajó por toda Europa y en especial
por los países nórdicos, pero no como turista sino como amigo de noruegos e
islandeses con los que entabló amistad.
Finalmente
entró a trabajar en la Organización Médica Colegial afrontando el reto de
escribir discursos para los directivos, seguir escribiendo artículos y notas de
prensa y poniendo en marcha otro diario digital. Tras cuatro años en esta
última etapa alcanzó la edad necesaria para jubilarse y comenzar a publicar
toda la poesía que había escrito y seguía escribiendo, a escribir libros de
todo tipo (novela de ficción, novela histórica, historia, comunicación,
medicina, farmacia, enseñanza, periodismo, teatro, poesía, espiritualidad,
humor…) y a escribir en sus blogs todo cuanto se le antojaba.
Siempre
tuvo claro que los sueños se pueden conseguir… si se trabaja con intensidad y
constancia. Y siempre tuvo claro que en todo lo que hacemos y en todo lo que
nos pasa siempre hay una razón… aunque no sepamos cuál es. Porque esta vida es
sólo un breve estación de tránsito.
Gracias.
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