Me alegra mucho que el juez haya declarado inocente a
Francisco Rivera ante las acusaciones de que había puesto en peligro la vida de
su hija al ponerse a torear con ella en brazos. El juez ha entendido
perfectamente que esa es una tradición familiar y por consiguiente las
tradiciones familiares deben respetarse. Tras leer esta noticia, en mi familia
hemos respirado todos bastante aliviados ya que las tradiciones de mi familia
no corren peligro de ser injustamente atacadas por la opinión pública.
Por ejemplo, cuando nació mi hijo mayor mi mujer lo tiró desde
lo alto del campanario de la iglesia del pueblo para que yo lo recogiera entre
mis brazos (“ahí tienes a tu hijo”, dijo, y yo lo recogí respondiéndole: “y yo
lo recibo”), perpetuando así una milenaria tradición familiar. Después, para el
bautizo, y como en mi familia somos muy originales, en vez de bautizarlo con
agua lo bautizamos con tierra... pero a 20 metros de profundidad en el mar,
¡hay que ver lo mono que estaba tan pequeño y con su traje de submarinista!
Finalmente, en esa otra etapa de la vida que supone la Primera Comunión, se la
dimos en la clásica ceremonia del “puenting”: tiramos al niño desde lo alto del
puente y abajo el cura lo esperaba con la sagrada forma para darle la comunión.
¡Qué recuerdos! Y qué alegría al ver que el niño hacía honor a la tradición
familiar y tomaba la comunión a la primera, sin tener que repetir el salto.
Y es que mi familia es muy amante de las tradiciones. Mi
cuñado se llevó a su recién nacido a hacer espeleología y juntos descubrieron
una nueva galería subterránea en Mallorca a 200 metros de profundidad. Mi
suegro le dio a la que sería luego mi mujer su bautismo de aire con una sesión
de acrobacias en vuelo sin motor y al cumplir los siete años ya practicaba con
ella la caída libre en paracaídas. Un tío mío se lleva a sus hijos al trabajo
(es domador de leones en un circo). Un primo lejano, que es funambulista, cruzó
un cable situado sobre las cataratas del Niágara con su bebé a la espalda (bien
protegido en una mochila, por supuesto). Y así tantos otros...
¡Da gusto vivir en una sociedad como la nuestra, en donde
las tradiciones familiares están protegidas por la Justicia!
PD.- Para los que deseen apuntarse (ver imagen), estamos
preparando una convivencia de padres y recién nacidos a bordo de un batíscafo en
la sima de las Marianas.
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