Me cuentan fuentes dignas de todo crédito, que una persona recibió una factura de Vodafone
(compañía a la que nunca había contratado), por las llamadas de un móvil (que
nunca había tenido), conminándole a que pagara porque el banco (en el que nunca
había tenido cuenta) les había devuelto la factura. Debió ser muy importante
esa factura para Vodafone (en realidad no llegaba a los 10 euros) porque envió
tal factura a una gestora a fin de que presionase al supuesto cliente para el
cobro de tan "desorbitada" deuda.
Esta persona llamó para decir que era una confusión de
Vodafone ya que él ni tenía ni había tenido ese móvil, ni había sido nunca
cliente de Vodafone ni había tenido nunca cuenta en ese banco. Sin embargo unas
semanas más tarde volvió a recibir otra carta reclamando esa cantidad.
Esa persona, ya harta, escribió una carta volviendo a
repetir lo mismo y, por fin, una semana más tarde recibía otra carta de
Vodafone dando por zanjado el asunto. Pero su sorpresa fue que la forma de
zanjar su error fue decir que abonaban al supuesto cliente esa cantidad que le
reclamaban erróneamente, para que así sus balances cuadrasen. Ni una sola línea
pidiendo disculpas y reconociendo que todo había sido un error de Vodafone.
¿Tanto le costaba a Vodafone haber escrito simplemente
“lamentamos el error y procedemos a subsanarlo” o “rogamos que acepte nuestras
disculpas por nuestro involuntario error” o algo así? Por lo visto, la soberbia
es algo cada vez más abundante en nuestra sociedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario