Llamar “casualidad” a esto resulta ridículo. Hay que darle
otro nombre aunque no soy capaz de encontrarlo. Este hecho es igual que cuando
te dan una voz para que espabiles si te has quedado embobado con algo o “se te
ha ido el santo al cielo” como comúnmente se dice. Es algo así como un “¡Eh,
despierta, que estamos aquí”. Y ¿quiénes están aquí? ¿Quiénes son esos que nos
dan esa bofetada imaginaria para “despertarnos”? Como no los vemos ni los
tocamos, es evidente que están en otra dimensión y utilizan estas cosas para
–haciendo gala de una gran sentido del humor- avisarnos de la futilidad de
nuestro mundo y nuestro modo de vida actual. Hay algo más, algo que está fuera
de este mundo material... hay vida espiritual más allá de esta corta estación
de tránsito que es nuestro paso por esta vida. Porque la vida no es esto que
vivimos ahora, la vida es lo que nos espera cuando “muramos”.
Es bueno saberlo, y lo que más me reconforta es que ahí, al
otro lado... tienen mucho sentido del humor.
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