No es fácil de entender el adiós de Falcao al Atleti, sobre
todo para irse a un equipo francés recién ascendido a primera división y que no
jugará ningún torneo europeo. No es fácil de entender que sólo el dinero le
mueva cuando en realidad ya estaba ganando mucho en el Atleti y hubiera podido
irse a otro equipo de prestigio ganando más aún (aunque no tanto como en el
Mónaco). No es fácil de entender que se marche cuando él estaba tan contento en
el Atleti como así lo demostró a diario, en el campo, en los entrenamientos, en
su vida diaria. Su adiós nos mostró a un jugador que se iba pero que en su
corazón deseaba quedarse y esa despedida le causaba una gran pena (por mucho
que las penas con millones de euros sean menos penas)... no es fácil de
entender.
Por eso, para descubrir qué había debajo de todo esto me
dediqué a investigar, a “leer entre líneas” todo lo que se había publicado al
respecto. Y es así como llegué a entender las verdaderas razones de su marcha,
esas que no se han dicho por una de estas dos razones: porque no es
“políticamente correcto” o porque “no le dejan decirlo”.
Esta es mi versión de los hechos:
Falcao estaba triunfando en el Oporto cuando un equipo
español y de prestigio, reciente ganador de la Europa Ligue y de la Supercopa
de Europa, el Atleti, le hizo una oferta mejorando además notablemente su
salario. Dijo que sí sin dudarlo: le atraía jugar en un equipo importante que
gana títulos y en un país con su mismo idioma. Pero el precio que puso el Oporto
eran 40 millones y el Atleti no tenía ese dinero. Solución: buscar a alguien
que le diese ese dinero. Ese alguien fue un grupo de inversores que puso la
pasta a cambio de quedarse con los derechos del jugador. Falcao dio su
consentimiento sin ser plenamente consciente de lo que eso significaba: pasaba
a convertirse en un valor de cotización bursátil, no en un jugador de fútbol.
Esos inversores lo habían comprado para que se revalorizase en el Atleti y poco
después venderlo por más dinero; más del que normalmente se gana en Bolsa.
Falcao se integró en el Atleti desde el primer momento. Era
la estrella y lo demostraba con goles y juego, pero era también uno más del
equipo que bajaba a defender cuando hacía falta, que pasaba siempre el balón al
compañero mejor situado, que animaba a los demás, que jamás tuvo un gesto feo
hacia nadie. Baste decir, por ejemplo, que cuando acababan los entrenamientos,
él se quedaba más tiempo a solas para ensayar saques de falta.
El final del primer año en el Atleti se tradujo en una
importante revalorización “bursátil” de esta “mercancía”: una Europa Ligue, una
Supercopa de Europa, máximo goleador de la Europa Ligue y tercer máximo
goleador de la Liga española (sólo por detrás de los extraterrestres Messi y
Cristiano). El grupo inversor quiso hacer caja y vender su producto. El Atleti
presionó para que aguantasen un año más puesto que lo necesitaban para
clasificarse para la Champions al año siguiente (esa clasificación supone unos
ingresos suculentos para cualquier club). El grupo inversor aceptó a
regañadientes, sobre todo porque el jugador quería seguir en el Atleti.
Pero acabó ese segundo año y ese grupo inversor ya se había
movido y tenía un comprador que pagaba 60 millones de euros, es decir, un 50%
de revalorización en tan solo dos años. ¿Qué acciones de la Bolsa dan ese
beneficio? El grupo inversor les recalcó que ellos eran los “propietarios” del
“producto” y que ya no querían esperar más para venderlo y obtener su
beneficio.
El Atleti nada podía hacer porque los otros eran los
propietarios y el club no tenía dinero para dar a ese grupo el beneficio que
iban a conseguir con la venta. Falcao no podía hacer nada, había aceptado con
su firma ser una mercancía que aquél grupo podía manejar a su antojo. Quizás la
resistencia de Falcao se tradujo en que el Mónaco aceptase pagarle un sueldo
estratosférico (14 millones de euros NETOS al año!!!).
Por eso Falcao se va del Atleti, forrao de pasta pero con
pena, porque esos 14 millones de euros netos al año no pueden compensar la vida agradable en Madrid, el apoyo del entrenador y de
toda la plantilla, el cariño de la afición, los títulos que puede que siga ganando el Atleti, el
escaparate europeo que hubiera supuesto jugar la Champions con el Atleti y que
ahora sólo podrá ver por el televisor porque el Mónaco es un equipo de segunda
fila.
Esta es la verdad. Aceptó y firmó ser una mercancía en manos
de unos inversores y ha tenido que aceptar las consecuencias. Vivirá forrao de
pasta pero con tristeza en su corazón. Ojalá estas cosas se dijesen a las
claras para que otros no cometiesen el mismo error a la hora de firmar, aunque
me temo que no se dirán porque los especuladores son la especie dominante del
planeta.
1 comentario:
Yo si fuera del Atlético le cantaría lo mismo que le cantaban a Eskurza en San Mamés:
"Eskurza pesetero,aprende de Guerrero"
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