miércoles, 9 de marzo de 2016

El entrevistado inexistente

Los periodistas cometen algunos errores que son realmente inexplicables. Hoy voy a relatar uno de los más asombrosos. Como responsable de Comunicación de una importante compañía de agroquímicos, ICI-Zeltia (hoy Syngenta), gestioné una entrevista de una revista empresarial con el director de la compañía, por aquél entonces, Enrique Portús. La entrevista fue cordial y se desarrolló normalmente. Tras la misma el periodista se llevó un dossier de prensa de la compañía e incluso la tarjeta de visita del director general al que había entrevistado. Una semana después se publicó la entrevista a doble página y todo color. Cuando la vi no pude menos que abrir los ojos como platos sin dar crédito a lo que estaba viendo, mientras crecía dentro de mí la incredulidad y la irritación. La entrevista llevaba un titular enorme que abarcaba las dos páginas, con el nombre del director general. ¿Con su nombre? ¡Noooooo! ¡Se había equivocado de nombre y en vez de escribir “Portús” había puesto “Porrús”. Después, en el texto que seguía venía bien escrito, pero el titular enorme, que era lo que más llamaba la atención, estaba equivocado.

No quiero ni contaros la vergüenza ajena y los apuros que pasé para explicar a Enrique Portús lo inexplicable. Una semana después sacaron una fe de erratas disculpándose, pero el bochorno padecido no nos lo quitó nadie y me hizo comprender por qué muchos directivos se muestran tan reacios a conceder entrevistas o declaraciones a los medios de comunicación. Si luego ven estas cosas, no me extraña que prefieran el silencio y el anonimato.

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