“Yo que tú haría...”; “Lo que tenías que haber hecho es...”; “Tienes que hacer...”; “Dile que...”; “Vete a...”; ...
Todos nosotros (yo mismo también) pecamos constantemente de pronunciar frases como estas. Tenemos nuestra forma de pensar y de actuar y no sólo estamos convencidos que es lo más acertado (somos el centro del mundo y todo debe girar a nuestro alrededor), sino que pretendemos que todos los demás actúen como nosotros quisiéramos.
Hace falta en este mundo un poco más de tolerancia y comprensión hacia el prójimo. Hay que dejar que los demás actúen como crean que deben actuar y que aprendan por sí mismos de sus errores. Todos tenemos derecho a equivocarnos por nosotros mismos.
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