Hay un programa tramposo en Antena 3 TV que se llama “Atrapa un millón”. El concursante recibe un millón de euros con la obligación de irlo apostando a lo largo de varias preguntas con varias opciones entre las que puede dividir ese dinero. Evidentemente nadie llega con el millón hasta el final porque solo les quedan dos opciones: 1) irlo apostando todo a una sola opción y perderlo (porque para eso son maestros haciendo preguntas difíciles y tramposas). 2) irlo repartiendo para poder llegar al final con uno, dos o tres fajos de billetes.
Por eso digo que el programa se debería llamar “Atrapa un fajo” porque nadie ha conseguido llevarse más de tres o cuatro fajos de billetes.
Pero además es tramposo porque las preguntas no están preestablecidas de antemano o sacadas por sorteo, sino que los responsables del programa van eligiendo las preguntas según como vayan los concursantes. Si al principio han perdido mucho dinero, entonces les ponen preguntas tan fáciles que hasta da vergüenza, para que así acierten y lleguen hasta el final. Si por el contrario van por la mitad del recorrido y llevan conservado mucho dinero, entonces les ponen unas preguntas tan difíciles que sólo les queda la opción de repartir el dinero entre varias opciones para acertar con alguna.
Y finalmente, y para colmo, como aún así lleguen hasta la última pregunta con mucho dinero, les ponen una última pregunta tan difícil que, cualquiera que sea la opción de respuesta elegida, le darán su respuesta como errónea. Esto es tan cierto como que algunas veces he acudido después a Wikipedia y ni por esas me ha quedado claro cuál hubiera sido la respuesta correcta.
Un ejemplo de pregunta tramposa: ¿Cuántas rayas tiene la camiseta del equipo de fútbol tal? Posibles respuestas: 6 – 12. ¿Cuál es la respuesta correcta? Si respondes 12 te dirán que son 6 porque esas son las rayas que se ven de frente en la camiseta. Si respondes 6 te dirán que son 12 porque también hay que contar las rayas que aparecen por detrás.
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