miércoles, 13 de julio de 2011

Tú no tienes razón

…y yo tampoco, me gustaría añadir.

Desde los albores de la Humanidad, las personas creen estar en lo cierto, cuando en realidad cada una piensa diferente y eso conduce –por pura lógica- a que todas menos una estén equivocadas. Incluso esa una es posible que también lo esté, porque nada ni nadie nos garantiza que pueda haber alguna más en la que no habíamos reparado, la cual que piense también diferente. (P.e.: nadie osó llevar la contraria a Stephen Hawking cuando dijo que los agujeros negros absorbían todo lo que caía en ellos sin liberar nada. Veinte años después, el mismo Hawking pidió perdón y dijo que estaba equivocado, que los agujeros negros no solo son receptores sino también emisores). Así que si él se equivoca ¿por qué no nosotros?

La otra manía, es tratar de convencer a los demás de nuestros gustos y maneras de proceder. Todo el mundo se empeña en decirnos qué nos debe gustar y qué no, a dónde debemos ir y a dónde no, qué deberíamos hacer y qué no… ¿Por qué esa manía de entrometernos en la vida de los demás y tratar de dirigirla? Cada uno debe aprender de sus propios errores y tener por seguro que nunca se librará de cometer nuevos errores.

Si hace unos cuantos siglos creían que la Tierra era el centro del universo y todo giraba alrededor de ella, nosotros, como seres individuales, no hemos evolucionado nada: seguimos creyéndonos el centro del universo y que todo debe girar a nuestro alrededor y a nuestro antojo.

No estaría de más un poquito de reflexión y de humildad. Tú no tienes la razón… y yo tampoco… así que no me hagas mucho caso.

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