miércoles, 10 de septiembre de 2025

El tercer yo (Acto III. Escena IV)

Escena IV

(El escenario se ilumina de nuevo, la fiesta animada. Rafael habla con Pedro.)
RAFAEL: No sabía qué decir, la verdad.
PEDRO: No te preocupes, Rafael.
JOAQUÍN: Y les gustó la noticia.
PEDRO: Sí, parece. Pero a mi madre no le hizo gracia.
CRISTINA: A tu padre sí le alegró.
RAFAEL: No hay problema. Cuando vea que a él le gusta, ella cederá.
PEDRO: No lo conoces. Se nota que algo pasa.
RAFAEL: ¿El qué?
PEDRO: Que mis padres se van a separar.
TODOS: ¿Cómo?
LUISA: Pero si parecían llevarse bien...
PEDRO: Eran apariencias.
RAFAEL: ¡Claro! Por eso estabas raro...
JOAQUÍN: Si necesitas ayuda, aquí estamos.
CRISTINA: Gracias, Joaquín, pero es algo personal de Pedro.
PEDRO: Todo era fachada. Dentro había podredumbre.
CRISTINA: Eso es injusto. Me hablaste de una sociedad perfecta, de algo que podríamos hacer juntos, y ahora criticas a tus padres...
PEDRO: No son críticas. Estoy desconcertado. Mi padre se va mañana.
CRISTINA: ¿No podemos hacer nada?
RAFAEL: Todos estamos dispuestos a ayudar.
PEDRO: Gracias, necesitaré ayuda. Pero lo de mis padres lo arreglo yo esta noche; después será tarde.
CRISTINA: Tus problemas son los míos. Si no arreglamos lo cercano, ¿cómo cambiaremos la sociedad?
PEDRO: Tienes razón. Siento que esta noche lo resolveré.
LUISA: ¿Qué piensas hacer?
PEDRO: Les recordaré la felicidad que tuvieron, que los buenos momentos superan las disputas.
LUISA: Eso podría abrirles los ojos.
PEDRO: Si no, les diré que juntos tendrán mi amor, pero separados, no.
CRISTINA: A pesar de todo, los quieres, ¿no?
PEDRO: Sí, pero su separación sería un granito de arena para la destrucción del mundo. No podría querer a quienes traen infelicidad.
CRISTINA: Los querrás siempre, buenos o malos.
PEDRO: Los quiero porque me lo dieron todo, a su manera. Pero el egoísmo y el rencor se extienden, afectan a todos. ¿De qué sirve traer vida a un mundo en descomposición? No querré a quien amenace el futuro.
CRISTINA: Lo dices por el dolor.
PEDRO: Solo quiero que entendáis mis sentimientos. Me he convertido en un precursor de la paz, pero a veces dudo... el camino es duro.
JOAQUÍN: No te entiendo del todo. Puedes dejar que fluya o actuar, pero no juzgues, ni siquiera a tus padres.
PEDRO: No me justificaré. Esto lo pensé mucho; hay más allá del blanco, negro o gris.
JOAQUÍN: Nos desviamos. Centrémonos.
RAFAEL: Parece que te cayó un baño de responsabilidad de golpe.
PEDRO: No creo que sea eso.
CRISTINA: Ayuda a los cercanos, no abarques todo.
PEDRO: Ahí está el secreto: la humanidad. Si todos pensáramos en ella, sin egoísmo, no habría desigualdades.
CRISTINA: Eso no lo sabemos.
PEDRO: Es difícil romper moldes, pero hay que hacerlo.
CRISTINA: Estás tan seguro... sientes un amor repentino por la humanidad. La verdad duele, y por eso la negamos.
JOAQUÍN: Romper tradiciones es duro, pero algún día llegará.
BEGOÑA: Te apoyamos en lo que quieras.
TODOS: ¡Sí, estamos contigo!
RAFAEL: Dejemos la filosofía. Busquemos una solución para tus padres.
PEDRO: Gracias. Espero que me ayudéis a salvar el mundo.
BEGOÑA: ¿El mundo? ¿No eran tus padres?
MIGUEL ÁNGEL: Habla figuradamente, Begoña.
PEDRO: No. Primero mis padres, luego la humanidad.
RAFAEL: A ver, aclárate... (Pedro se toca de nuevo la herida, preocupado.) ¿Qué te pasa?
PEDRO: Os lo explicaré. Al principio no me creeréis, pero dejadme terminar.
RAFAEL: De acuerdo. (Los demás asienten.)
PEDRO: Yo no soy Pedro.
TODOS: ¿¡Cómo!?
(La iluminación se atenúa hasta quedar todo en silencio y oscuridad.)
 

Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
“Tu último viaje”: https://amzn.eu/d/1zzOpM6

No hay comentarios: