Esta
fue la segunda poesía que compartió Marisa conmigo… Lo que se vivió un día
siempre permanece…
II
Él,
al que yo hubiese amado tanto;
él, que derramó el más leve susurro de égloga
en el azul de mis mañanas,
me dice con ternura que le olvide,
que le olvide sin adiós y sin lágrimas.
Él, el que hechizó de música mi alma,
se aleja dulcemente como una vela blanca.
Yo, que llevo tantos sueños enterrados
y que cuento tantas tumbas en el alma,
no sé por qué sollozo y por qué tiemblo
al cavar una más en mis entrañas.
Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
“El cine y el misterio”: https://www.amazon.es/dp/B0DJF3M3ZW
él, que derramó el más leve susurro de égloga
en el azul de mis mañanas,
me dice con ternura que le olvide,
que le olvide sin adiós y sin lágrimas.
Él, el que hechizó de música mi alma,
se aleja dulcemente como una vela blanca.
Yo, que llevo tantos sueños enterrados
y que cuento tantas tumbas en el alma,
no sé por qué sollozo y por qué tiemblo
al cavar una más en mis entrañas.
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