Cuando todo esto acabe (la pandemia de coronavirus) los
españoles seremos noruegos. Me refiero, en concreto, a que adoptaremos una sus
reglas sociales más características: el espacio personal. Los noruegos son muy
celosos de su espacio personal, ese radio de metro y medio de distancia que
marca su área de privacidad. Si tienen que hacer cola, nada de aglomeraciones, la cola
se dispondrá en orden y con una distancia de metro y medio entre unos y otros.
Cuando caminan por la calle, nunca se juntan con otros viandantes, sino que
siempre dejan ese espacio de metro y medio entre unos y otros.
Veamos un ejemplo que hasta ahora nos parecía exagerado.
Supón que doblas una esquina y te encuentras con otra persona que va
caminando en la dirección que tú deseas hacerlo; lo que nunca podrás hacer (si
eres noruego) es caminar a su lado o inmediatamente detrás; tendrás que decidir
entre ir más despacio para que la otra persona se aleje y quede más de metro y
medio entre ambos, o acelerar tu paso para rebasarlo rápidamente y cuando ya lo
hayas dejado atrás (a más de metro y medio) volver a tu ritmo habitual.
Otro aspecto que marca también ese respeto al espacio
personal de cada uno, es el de los besos cuando se encuentran dos conocidos. Nada
de besos; simplemente se da la mano, y si son muy amigos se dan un abrazo y se
separan, nada de ir caminando abrazados o poniendo uno el brazo encima del
otro. De igual forma sucede en los bancos y asientos públicos, nada de sentarse
apretujados, siempre dejan una prudencial distancia entre unos y otros.
Este es uno de los cambios sociales que se va implantar entre los españoles cuando todo esto haya acabado. Pero, aunque este nuevo
comportamiento que vamos a adoptar es el que ya practican los noruegos, en
nuestro caso va a haber una gran diferencia: Ellos lo hacen por respeto a la
privacidad de cada uno, mientras que los españoles lo van a hacer… por miedo al
contagio.
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