Viajar a Finlandia en invierno es una experiencia
inolvidable y, aunque la temperatura sea de –20ºC no se pasa frío porque para
eso te dan en el hotel un mono térmico especial que te colocas encima de tu
ropa para salir. Todo está nevado, pero los aviones despegan y aterrizan sin
problemas, los coches circulan tranquilamente por las calles, los niños van al
colegio y la gente a su trabajo o quehaceres cotidianos. A nivel de Rovaniemi
(esa fue mi experiencia) hay cuatro o cinco horas de luz solar, aunque es
curioso contemplar cómo el sol se asoma sobre el horizonte, se queda allí esas
cuatro o cinco horas, y después se vuelve a ocultar. Hay tantos atractivos que
no sé con cuál quedarme: viajar en rompehielos y bañarse en plena oscuridad en
el mar Báltico, viajar en moto de nieve, visitar el pueblo de Papá Noel, viajar
en trineo de perros o de renos, comer arenques, contemplar el cielo
estrellado...
Palabras clave: nieve, silencio, bosques, arenques...
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