Pesan en la balanza
a Vicentito
y él está tan contento,
tan quietecito.
Que en virtud, niño hermoso,
peses tú tanto
como en el mundo entero
vale tu Santo.
Y al tiempo que le damos
la bienvenida,
con gusto se lo ofrece
esta familia.
Gaspar Fisac Clemente (1903-1986)
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