domingo, 1 de julio de 2012

Hablar por los codos


Normalmente decimos que una persona “habla por los codos” cuando es de esas que se pasa todo el día hablando sin parar. Sin embargo, hablar por los codos es algo que hacemos todos sin darnos cuenta, hablar por los codos, las manos, las piernas, la espalda, los ojos, la cara... Cada vez que decimos algo, todo eso que expresamos con palabras es tan sólo un 7% de la comunicación, el 55% es corporal (nuestra postura, nuestros gestos, nuestras expresiones), de ahí la importancia de saber estar y comportarse, de saber interactuar con un auditorio. Ahora bien, no cuadran las cuentas, 55+7 suma 62. ¿Dónde está el 38% restante? Ese porcentaje corresponde a la “comunicación paraverbal”, la que queda fuera del alcance de nuestras palabras e incluso de nuestros gestos y es que no somos entes aislados sino que nos movemos en un entorno determinado que además es constantemente cambiante. Podemos hablar correctamente y mantener una compostura exquisita, pero si el momento y marco elegido para esa comunicación no es el adecuado, el mensaje que llegue al destinatario será muy diferente al que deseábamos. Por ello, cuando nos comuniquemos con los demás, sobre todo en el ámbito de los negocios, deberemos tener muy presentes esos tres tipos de lenguajes. No creamos que por decir simplemente “lo que tenemos que decir” va a ser ese el mensaje que reciba e interprete el destinatario. Nuestro cuerpo también habla y el medio en que lo hacemos tiene también mucho que decir.

2 comentarios:

Ana dijo...

Pues hablaremos moviendo el esqueleto.

Palabras inefables dijo...

Ja, ja, ja, y además así hacemos deporte al mismo tiempo!